Y, sí, por supuesto, en Limoges hay porcelana… ¡Pero no solo eso! La ciudad es muy conocida por ser la capital mundial de las artes del fuego, que comprenden todas las técnicas artísticas de transformación de materias primas mediante el calor, pero también es famosa por su estación, que es una auténtica obra maestra de la arquitectura. Para poder impregnarte mejor del ambiente único de la ciudad, piérdete por sus callejuelas adoquinadas, pasa bajo las antiguas puertas de cochera, alternando a placer entre la Ville Haute, el barrio del castillo de los vizcondes y la antigua Ville de l’Évêque. ¡Todo un programa!